En función de la relación de significado que el sujeto mantiene con el verbo se distinguen tres tipos de sujeto: agente, causa (causativo) y paciente.
AGENTE: El sujeto realiza o ejecuta la acción del verbo de manera intencionada.
- El cantante recibió un premio.
- Pepe compra flores.
CAUSATIVO: El sujeto es el motivo o desencadenante involuntario de la acción del verbo. El sujeto es el causante de que 'otro' realice la acción.
-(yo) Me operé el corazón en enero.
- El ayuntamiento arregló los destrozos.
PACIENTE: El sujeto recibe o se ve afectado por la acción del verbo.
- La actriz fue aplaudida por el público.
- La casa será diseñada por un famoso arquitecto.
VOZ ACTIVA/PASIVA: Normalmente el sujeto paciente aparece junto al verbo en voz pasiva: fue aplaudida y será diseñada. Esta voz se forma con el verbo 'ser' en el mismo tiempo que la forma activa añadiéndole el participio de dicho verbo. Es decir, si una forma verbal en voz activa como escribían quiero ponerla en voz pasiva haré lo siguiente:
1) escribían: 3ª plural del pretérito imperfecto de indicativo.
2) 3ª plural del pretérito imperfecto de indicativo del verbo ser: eran
3) participio del verbo escribir, en plural: escritos
4) voz pasiva: eran escritos
EJEMPLO DE CONJUGACIÓN PASIVA:
http://roble.pntic.mec.es/msanto1/lengua/1pasiva.htm
Lugar virtual que se hace con la ilusión de que por las tardes, en casa, os pueda servir de ayuda.
lunes, 13 de febrero de 2012
EL SUJETO Y EL PREDICADO. RECONOCIMIENTO DEL SUJETO. SUJETO OMITIDO.
El constituyente fundamental de una oración es la forma verbal núcleo del SV (predicado). El SUJETO es un SN cuyo núcleo concuerda en número y persona con el verbo del predicado. Así pues el mejor método para reconocer el sujeto de una oración es cambiar el número de la forma verbal y comprobar qué elementos de la oración 'arrastra' este cambio:
En el zoo de la ciudad un león ha atacado a un niño
En el zoo de la ciudad unos leones han atacado a un niño
En el zoo de la ciudad un león ha atacado a un niño
En el zoo de la ciudad unos leones han atacado a un niño
Al variar el número del verbo atacar (de singular a plural), el elemento que "ha arrastrado " ha sido el sustantivo león, por tanto este será el núcleo del SN función sujeto.
En ocasiones cambiamos el número del verbo pero no nos cambia nada, estamos entonces delante de una oración con sujeto omitido (elíptico, gramatical) . No confundáis estas oraciones con las impersonales, la diferencia está en que en las oraciones de sujeto omitido, este es rescatable en forma de pronombre personal cosa que es imposible en una oración impersonal.
(Nosotros) En casa reciclamos el plástico.
(Tú) No tienes vergüenza.
domingo, 12 de febrero de 2012
LOS ENUNCIADOS: ORACIÓN Y FRASE.
Un enunciado es una palabra o conjunto de palabras con sentido completo:
- "¡ Buenos días!"
- "La mesa está puesta"
Los enunciados pueden ser FRASES u ORACIONES:
- Las frases no tienen verbo: "Gracias", "Grandes rebajas"
- Las oraciones sí tienen verbo: "Pedro juega muy bien al parchís".
La oración posee un SV(predicado) y ,a veces, un SN(sujeto) cuyos núcleos concuerdan en número y persona:
" Mi hermano vive en Burgos/ Mis hermanos viven en Burgos"
- "¡ Buenos días!"
- "La mesa está puesta"
Los enunciados pueden ser FRASES u ORACIONES:
- Las frases no tienen verbo: "Gracias", "Grandes rebajas"
- Las oraciones sí tienen verbo: "Pedro juega muy bien al parchís".
La oración posee un SV(predicado) y ,a veces, un SN(sujeto) cuyos núcleos concuerdan en número y persona:
" Mi hermano vive en Burgos/ Mis hermanos viven en Burgos"
LA NOVELA
La novela es una narración extensa en prosa, de hechos o sucesos imaginarios. Su extensión facilita un argumento más complejo, una caracterización más profunda de los personajes y una descripción más detallada del espacio y el tiempo de la acción, adquiriendo el diálogo y la descrpción gran importancia.
La novela moderna nació en 1605 con Don Quijote de la Mancha (Cervantes), a continuación tenéis un célebre pasaje de esta obra:
La novela moderna nació en 1605 con Don Quijote de la Mancha (Cervantes), a continuación tenéis un célebre pasaje de esta obra:
Del buen suceso que el valeroso don Quijote tuvo en la espantable y jamás imaginada aventura de los molinos de viento, etc. |
En esto, descubrieron treinta o cuarenta molinos de viento que hay en aquel campo; y, así como don Quijote los vio, dijo a su escudero: -La ventura va guiando nuestras cosas mejor de lo que acertáramos a desear, porque ves allí, amigo Sancho Panza, donde se descubren treinta, o pocos más, desaforados gigantes, con quien pienso hacer batalla y quitarles a todos las vidas, con cuyos despojos comenzaremos a enriquecer; que ésta es buena guerra, y es gran servicio de Dios quitar tan mala simiente de sobre la faz de la tierra. -¿Qué gigantes? -dijo Sancho Panza. -Aquellos que allí ves -respondió su amo- de los brazos largos, que los suelen tener algunos de casi dos leguas. -Mire vuestra merced -respondió Sancho- que aquellos que allí se parecen no son gigantes, sino molinos de viento, y lo que en ellos parecen brazos son las aspas, que, volteadas del viento, hacen andar la piedra del molino. -Bien parece -respondió don Quijote- que no estás cursado en esto de las aventuras: ellos son gigantes; y si tienes miedo, quítate de ahí, y ponte en oración en el espacio que yo voy a entrar con ellos en fiera y desigual batalla. Y, diciendo esto, dio de espuelas a su caballo Rocinante, sin atender a las voces que su escudero Sancho le daba, advirtiéndole que, sin duda alguna, eran molinos de viento, y no gigantes, aquellos que iba a acometer. Pero él iba tan puesto en que eran gigantes, que ni oía las voces de su escudero Sancho ni echaba de ver, aunque estaba ya bien cerca, lo que eran; antes, iba diciendo en voces altas: -Non fuyades, cobardes y viles criaturas, que un solo caballero es el que os acomete. Levantóse en esto un poco de viento y las grandes aspas comenzaron a moverse, lo cual visto por don Quijote, dijo: -Pues, aunque mováis más brazos que los del gigante Briareo, me lo habéis de pagar. Y, en diciendo esto, y encomendándose de todo corazón a su señora Dulcinea, pidiéndole que en tal trance le socorriese, bien cubierto de su rodela, con la lanza en el ristre, arremetió a todo el galope de Rocinante y embistió con el primero molino que estaba delante; y, dándole una lanzada en el aspa, la volvió el viento con tanta furia que hizo la lanza pedazos, llevándose tras sí al caballo y al caballero, que fue rodando muy maltrecho por el campo. Acudió Sancho Panza a socorrerle, a todo el correr de su asno, y cuando llegó halló que no se podía menear: tal fue el golpe que dio con él Rocinante. |
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